jueves, 16 de junio de 2005

Ser Colombiano: Un Dogma de Fe


No es de sorprenderse que la gran mayoría de los colombianos pertenezcamos a una religión como la católica (más del 90%), es que ser Colombiano requiere una gran capacidad para creer. Ser Colombiano es un Dogma de Fe, construido en una serie de creencias que rara vez nos atrevemos a analizar y mucho menos a refutar.

Para exponer este punto veamos algunos pocos ejemplos:
  • Los Colombianos somos muy inteligentes:


No es mi afán restar méritos a nuestras glorias del conocimiento, o a los muchos jóvenes que con gran esfuerzo se preparan para un futuro incierto y cada vez más hostil, me refiero a los colombianos como masa, esa masa que cada periodo electoral vota por los mismos, sus parientes y amigos, creyendo que ellos SI van a cambiar las cosas. Hablo de la masa que con el incentivo de subirse a un bus, oír una papayera, comer sancocho y tomar ron, son llevados por "aquellos" a los puestos de votación, con planilla en mano. La masa que peor aun, NO VOTA por que no cree en los políticos y se queja todo el tiempo de la situación del país. No es evidencia de mucha brillantez de nuestros compatriotas.

La inteligencia del Colombiano se asocia continuamente con la llamada "Malicia Indígena", que mas que referirse a las capacidades intelectuales del compatriota, nos habla de la habilidad para tumbar al vecino, de ser él mas vivo, pasando por encima de los demás. Este anti-valor es una de esas cosas que tienen fregado a este país, la malicia indígena es una plaga de pulula en las calles, en las empresas, en el sector publico, y de la cual la masa de Colombianos se siente muy orgullosa, replicando la cultura de la ilegalidad.

  • Los Colombianos son honrados, honestos y trabajadores:

Esto es parcialmente cierto, pero lastimosamente el colombiano anónimo, el ciudadano de a pie, pasa desapercibido ante la perdida del valor del trabajo honesto. El narcotráfico trajo a nuestras ciudades la cultura del camino fácil, el gasto desmedido, el escalamiento social por medio del dinero. Desde el ladrón que rapa una cadena en la Carrera 10 de Bogotá, pasando por el vendedor de mercancía pirata o de contrabando, el vendedor del almacén que pregunta "con factura o sin factura?", El personaje que literalmente practica secuestro extorsivo en un paseo millonario, el padre que se niega a dar la cuota alimentaria a sus propios hijos (ósea, le niega el derecho a una vida mejor a sus propios hijos, le ROBA a sus hijos!!!) hasta el reputado jurista y posterior ministro que en un acto de viveza compra unas acciones a precios irrisorios, nos parecen decir, día a día que la integridad tiene un precio.


El otro lado de la moneda, la exhaltación hasta llegar al fanatismo de la frase Trabajar, Trabajar y Trabajar, desdibuja el concepto del trabajo como medio para dignificar al hombre, pasando a ser el fin ultimo. Las personas que no crean en el trabajar para vivir, en lugar del vivir para trabajar, no están de acuerdo con el imaginario colectivo, que aunque no sea cierto, es permanente en la cabeza de nuestros compatriotas, peor aun, como hace la gente que quiere trabajar pero no encuentra opciones serias de empleo? Trabajar, trabajar y trabajar cuando no hay en donde es realmente muy difícil...


Ser Colombiano requiere una dosis alta de ingenuidad, para seguir creyendo en el Mesías que ésta ves SÍ va a arreglar el país. Una venda en los ojos para no ver la verdad, para creer que existe una política seria en relación con el paramilitarismo (mas que acciones alocadas sin fundamento para mostrar por televisión), que no están rifando los puestos del estado a unos pocos a cambio de algo, creer que las cosas están mejor por que podemos viajar por las carreteras del país en la mitad de un convoy militar, con helicópteros artillados. Un poco de alzheimer para olvidar unas cosas y recordar otras. Una lobotomía, para ver un noticiero con 10 minutos de noticias, 20 de deportes y una hora de entretenimiento y creer en la independencia y función social de los medios de comunicación. Y una valentía rayando en la temeridad para seguir adelante.

Los Colombianos del común, los ciudadanos de a pie, somos unos verdaderos Berracos (perdón por la palabra), por que a pesar de un panorama de estos logramos levantarnos todos los días, a sacar nuestras familias adelante, creo que si fuéramos mas serios y nos tomáramos el país mas a pecho, muchos no saldrían de sus cobijas en la mañana.

Mi llamado es a la construcción de un paradigma distinto, comenzando por nosotros mismos, nuestro entorno y la formación de los niños, no esperando un cambio en 4 o en 8 años, si reeligen al Mesías criollo (Dios nos ampare!), si no un cambio real en el mediano plazo. Un cambio que será difícil (es más fácil seguir así, hacer lo que los demás hacen... no darse mala vida), un cambio que tomara tiempo, y esfuerzo, pero creo que buscar una nueva generación de colombianos y hacer parte de ella, por minoritaria que esta sea, definitivamente vale la pena.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena la idea. En Barraranquilla también estamos trabajando en opinión. Los invito a entrar a www.lacuestion.blogspot.com.

Saludo cordial.

Ricardo Montenegro-Vásquez dijo...

Como siempre la autora nos aterriza en la triste realidad del país, un escrito con una dosis de existencialismo puro y ncinismo postcontemporàneo que prende las alarmas sobre el camino que debemos tomar: el de la acciòn y no la ilusión.

Anónimo dijo...

Si, es cierto todo eso que escribes, esa es una descripción bastante clara sobre lo que pasaa en Colombia, el problema es que la mayoría cree que el cambio se originará en las manos de un presidente que usa poncho y sombrero para convencer a los "avispados" y "aviones" de que él es quién va a solucionar la situación... Y a pesar de lo que escribiste que es totalmente cierto, eso solo lo entienden las personas que ven con sentido critico la situación del país, pero los que se cuelan en las filas de los bancos o del cine, los que se van sin pagar la cuenta, los que usan las sillas azules de transmilenio sin ser discapacitados, los que evaden impuestos, los empleados publicos que trabajan 6 horas diarias, los que compran el repuesto para su carro en el mercado negro, los que comen en las terrazas de los restaurantes para presumir frente a los ciudadanos de un país que en su mayor parte está compuesto por campesinos muriendose de hambre y sin educación, son esos la gran mayoría de Colombianos que defienden con fe ciega a un presidente y a un conjunto de politicos a los que no les importa el país... A la luz de eso creo que solo resta citar a Einstein: "Solo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana"