domingo, 29 de mayo de 2011

Amor Bungee


Imagina la siguiente escena: Estas de pie frente al precipicio, la adrenalina recorre tu cuerpo… te mueres por saltar y al mismo tiempo te mueres de miedo… Pero es Bungee, así que lo peor que te puede pasar (si estás bien amarrado) es que después de sentir millones de sensaciones y justo antes que te vayas “de jeta contra el planeta” la cuerda te hale hacia arriba y regreses a la “seguridad” de la orilla… jadeante…



En la vida amorosa hay quienes hacen lo mismo, solo se permiten vivir millones de sensaciones si existe un “seguro” que los saque de allí cuando las cosas se pongan feas o comprometedoras. Los seguros en la vida amorosa pueden ser:


1. Salir con el tipo/vieja equivocado(a):

La niña que se enreda con alguien menor, amigo de un ex y que tiene novia (osea todos los “NO”), tiene clarito que no va para ninguna parte, pero disfruta el misterio, el secreto y hasta la mentira para estar con esa persona por poquito tiempo. Si alguno de los dos se “empatina” siempre está el seguro que los sacará de esa situación.


2. El amor de verano:

Estas en un lugar por poco tiempo y conoces a alguien que te encanta. Tienes poco tiempo para ponerte con pendejadas… así que te lanzas al vacío y vives el poco tiempo que tienen “intensamente”. El seguro? El pasaje aéreo que te devolverá al mundo real, el darte cuenta que solo son perfectos el uno para el otro en un universo paralelo. Al final puede que traten de “estirar” el sentimiento prometiéndose estar en contacto, siendo amigos en Facebook, un par de correos… pero al final todo se desvanece… como debe ser.


3.  El visitante:

Eres extranjero y aunque no estás de vacaciones, tu permanencia en el país es limitada o incierta. Conoces a alguien que te mueve el piso… y le lanzas toda tu artillería… Te descubres lanzando frases como “yo no sé mañana… si estaremos juntos… si se acabe el mundo…”. Te lanzas a enamorar a esa pobre niña (que no es tan pobre por que también tiene claro lo efímero del asunto) y se envuelven en un romance a lo Romeo y Julieta. Luego, llega la hora de partir… tal vez se derramen unas cuantas lágrimas y las promesas duren un poco mas… pero al final la verdad, es que muy en el fondo, sabes que saltaste al vacío por que tenías ese bungee emocional que te sacaría vivo de allí.

Algunos lo hacen una y otra vez, y hay varias razones para hacerlo. La más obvia es el temor al compromiso, estas relaciones tienen todo ese “rush” de emociones y adrenalina sin necesidad de hacer promesas a largo plazo. Otros tienen temor a ser heridos… el sentir mucho por alguien también implica la posibilidad de ser heridos por esa persona. Estan también aquellos que odian ser los “malos” de la película, aquellos que prefieren echarle la culpa al “destino” o a las “circunstancias” porque las cosas no funcionaron.

Los “seguros” no son siempre circunstancias ajenas que nos “salvan”, también están los límites mentales y emocionales, si te metes con una persona que no está disponible emocionalmente, que no está en capacidad de construir, pues no pasarás del affaire y de las mariposas iniciales.  Si el objeto de tu afecto está enfocado en otras cosas, esta lleno de problemas, iniciando un proyecto o a punto de cambiar de su domicilio, pues la probabilidad de construir a siquiera mediano plazo se vuelve remota o inexistente.

En el fondo, el denominador común es el miedo (hey! Todos tenemos derecho a sentir miedo)… y estas relaciones tipo bungee son un mecanismo de defensa para tenernos a salvo… la pregunta que queda en el aire es: que pasaría si se nos revienta la cuerda o si la cortamos…? nos iremos de jeta contra el planeta o volaremos un rato…