Pregunta al aire: ¿Qué les ha funcionado para mantener la cordura en estos tiempos?
Desde el 16 de marzo de 2020 (hace 138 días aproximadamente)
tengo el privilegio de estar a salvo trabajando desde mi casa, básicamente en
este hogar estamos conviviendo Pepper 😸, Mina😻, las matas 🌻y mi persona, cosa que
no ha sido fácil.
A partir de noviembre de 2019, en
Colombia y siendo específicos en Bogotá hemos vivido tiempos difíciles, nunca había
vivido un toque de queda, nunca había sacado una cacerola por la ventana y por
supuesto nunca había vivido una pandemia (la epidemia de varicela en el colegio
no cuenta). La aparición del Covid-19 nos tomó a todos por sorpresa, nos dio poco
tiempo para prepararnos mental, emocional y económicamente.
Quiero contarles un poquito sobre lo que creo que ha funcionado tanto para mí, como para otros y mantener el poquito de cordura que nos queda.
1. Es lo que es (It it what it is)
El primer paso para mí fue asumir que esto es algo que me “tocó”
vivir, no solo a mí, a mi generación, sino a todos en general. Y ahí tomé la
primera decisión: o me doy mala vida todos los días pensando en todo lo que antes
vivía y ahora no puedo vivir o trato de tomarla con calma (cogerla suave) y ver
si hay algo que puedo aprender.
Puede que suene como frase de cajón, pero en el momento en
que decidí no ser una “victima de las circunstancias” sino que tomé consciencia
que limitar mi movilidad, mi interacción social y mis ganas de “calle” era lo más
responsable con mi salud y la de la comunidad, la cosa ya no se veía tan mal. A
mi no me “encerraron”, yo decidí que voy a pasar esta temporada en mi casa y
que voy a limitar al máximo las 3 C´s: Lugares Concurridos, Cerrados y
contactos Cercanos.
Carl Gustav Jung, psiquiatra suizo dijo “Todo lo que
resistes, persiste” y en mi humilde opinión esto puede tener un par de interpretaciones
(o más): Los seres humanos tenemos la tendencia a aferrarnos a lo conocido y a
las ideas preconcebidas, y tal vez no discernimos si son válidas o no con el
pasar del tiempo. O si me sigo “resistiendo” a esto, al virus, a la cuarentena,
a las limitaciones de contacto social, a la vida y momento histórico que nos
toco vivir, lo que persiste es esa sensación de pérdida, de vacío y de limitación.
2. ¿De verdad estamos aburridos?
Una de las cosas a las que esta
sociedad moderna nos acostumbró es a tener estímulos constantes, casi como si
no pudiéramos estar quietos, en silencio. Le tememos al aburrimiento como el
peor de los males y asociamos el estar aburridos con estar mal o estar tristes.
Hablando con Ricardo Montenegro le preguntaba si la gente estaría tan
desesperada por el aburrimiento durante la pandemia de la “Gripa Española” (1918-1920)
y él con mucho tino me recordó que en esa época no necesitábamos tantos estímulos,
si estabas aburrido tomabas un libro, conversabas con tu familia, te inventabas
algo o simplemente estabas aburrido y ya.
Pareciera que sociedad sufre por
el ocio mal administrado y creer que no se puede vivir así (así aburridos
supongo), por esto vemos tantas rumbas y actividades clandestinas de gente
buscando entretenimiento (y de paso encontrar el virus). Les recomiendo este artículo
en el Blog de Ricardo Montenegro: GUARO, PERICO... Y COVID?
Tal vez el problema no es que
estemos aburridos, tal vez el problema es que, despojados de todos estos estímulos,
nos ha tocado estar solos con nosotros mismos. Tal vez, tenemos la oportunidad de
ver si la persona que tenemos por dentro nos gusta, tal vez el mensaje es que
paremos un poquito y veamos hacia nuestro interior. Si este tema resuena
contigo, meditar es una excelente opción, puedes empezar con ejercicios de
mindfulness: parar, respirar y contemplar el momento presente, 5 minutos hacen
maravillas.
A veces quisiera que volviéramos a
esa creatividad que teníamos cuando niños, ¿se acuerdan qué cuando nos aburríamos
nos inventábamos algo y pasábamos el tiempo? Bueno… aquí las posibilidades son
infinitas: algunos reorganizaron sus hogares, sacaron cosas, regalaron ropa.
Otros se reencontraron (o al menos hicieron las paces) con la cocina, yo me
puse a pintar por números (voy por el segundo cuadro y tengo 2 en fila). Tengo
amigos aprendiendo guitarra, leyendo, viéndose todo el Netflix, estudiando
idiomas, haciendo cursos en Coursera (recomendadísimo), en fin… el cielo es el límite.
También es muy valido quedarse
quieto, arruncharse en las cobijas y no hacer nada… "dolce far niente" (o el arte
de no hacer nada) y gozárselo!
3. Comer Sano
Tener la nevera tan cerca es una tentación permanente y bueno,
la idea seria tener cositas sanas para picar. Pero comer sano también implica cocinar
rico para uno, hacer las paces con la cocina (yo no puedo es con la loza) y cocinarse
con amor. En mi caso, me dio por cocina rica y sana. Y ya hice pan (de masa madre) y torta de
banano, torta de zanahoria, galletas de avena y otras tantas cosas que vemos en
Instagram.
4. Hay que moverse
“(H)acer ejercicio disminuye la
ansiedad que puede generar el encierro, pues produce hormonas de sensación de
bienestar como endorfina, dopamina, serotonina, las cuales reducen el estrés,
el sedentarismo, la irritabilidad y los síntomas de la depresión. Como efectos
físicos aumenta la producción cerebral, previene problemas
cardiorrespiratorios, aumenta la masa muscular, fortalece el sistema óseo y
acorta la probabilidad de diabetes.” (1)
En mi caso, AMO bailar y me suscribí a MOMBA a clases
virtuales de baile. ¡Busca algo que te guste, que te haga olvidarte de todo y
te suba las endorfinas! ¡Muevelo!
5. Agua, Aire y Sol
Somos como plantas. Necesitamos tomar suficiente agua (en la
casa a uno se le olvida, por lo que tener una botella de agua al lado ayuda),
recibir aire puro (¡a abrir las ventanas!) y tomar sol! A mi el sol me hace muchísima
falta, así que cuando sale me pongo a trabajar desde el balcón y hago la fotosíntesis.
6. Agradecer
Es en los días grises, en los que
uno se levanta y sale reptando de la cama, en los que “una” se pregunta: “juemadre
en que momento pasó todo esto”, es en esos días en los que debemos recordar que
somos muy afortunados. Tenemos un techo, comida, acceso a internet, trabajamos
desde casa (los que tenemos esa fortuna), gente que nos ama y que estamos a
salvo en nuestras casas.
¡Estamos vivos! ¡Estamos sanos! Me
duele pensar en tantas familias en Colombia han perdido un ser querido en estos
tiempos, cuantos están luchando por sobrevivir.
Y no basta con estar vivos, sintámonos
vivos! Una manera de agradecer es ayudar, desde donar a diferentes causas,
comprarle a los comerciantes y emprendedores locales, hablar con los amigos
para preguntarles como están y si necesitan tu ayuda. Entender que los tiempos no
son fáciles y ser compasivos, tener empatía.
Las generaciones que estamos lidiando con la pandemia (Baby
Boomers, Generación x, Millenials e incluso los Centenials) fuimos criados para
ser y parecer exitosos. Llegó algo que nos cambió todos nuestros los planes y
nuestras prioridades. Ya no se presumen lujos en redes sociales, sino el pan,
la torta, las galletas que hicimos en casa. Estas generaciones están aprendiendo
que no pueden controlarlo todo, nos tocó aprender ser más flexibles, a respirar
y seguir el flujo normal de los acontecimientos.
Tengámonos paciencia!
P.D. ¿Qué les ha funcionado para mantener la cordura en estos tiempos?
Aquí les dejo algunas de las respuestas que recibí en Redes sociales